lunes, 8 de febrero de 2010

Apuntes sobre la ética y la responsabilidad de los costarricenses para con sus obligaciones legales con el fisco.


El problema con los costarricenses parece ser que nos gusta vivir como los franceses y pagar impuestos como los haitianos


Recientemente ha salido a luz pública una serie de artículos relacionados con la evasión fiscal en Costa Rica y otros países centroamericanos. En el caso de Costa Rica, llama especialmente la atención un estudio de la Contraloría General de la República, analizado en la Nación el pasado 5 de febrero por la periodista Gabriela Mayorga (1) y en el editorial de ese mismo diario el día siguiente (2), he agregado las referencias porque merece revisar integralmente la información.
A manera de resumen lo que hicieron en la CGR fue comparar para los años incluidos en el estudio, el monto del impuesto de renta potencial – calculado sobre las utilidades totales de establecimientos y personas– contra la declaración efectiva. Este procedimiento arrojó cifras de defraudación de un 70% en promedio entre los años 1991 y 2007.
Por supuesto y como corresponde, después de semejante conclusión, el ente contralor se rasga las vestiduras y solicita al Ministerio de Hacienda urgentemente, fortalecer los programas de gestión y fiscalización, e incrementar su presencia en donde están los que evaden el pago del impuesto, además de pedir sanciones y que se reforme la legislación para prevenir o minimizar las prácticas de evasión. Con solo aplicar las medidas recomendadas e incluidas en un solo párrafo y listo, habremos resuelto el problema fiscal del país !!!, que les parece?. Como diría mi madre, quién los ve, los compra!!!.
En el editorial del día siguiente, La Nación además de apoyar todo el análisis de la CGR y decir que esto es un barbaridad, cita a un connotado ex ministro que recién, fuera ministro en la época de los otros (PUSC), pero que ahora estaba con los ganadores (PLN), dando una muestra de lo pequeña que es nuestra CR y que como buen representante de la clase dirigente de este país, lo primero que señala, y esta la copio textual porque nos dibuja en cuerpo entero:

¨No estamos, ahora, en la mejor coyuntura para una gran reforma fiscal, que replantee toda nuestra estructura tributaria. El objetivo es bueno, pero las circunstancias, no. Apenas estamos saliendo de la crisis y la apuesta inmediata debe ser a la reactivación. Sin embargo, sí es posible, y necesario, tomar ciertas medidas elementales, que vayan más allá de nuevas mejoras en los sistemas y controles por vías administrativas.¨

O sea queditico es más bonito, hagamos pero no hagamos, resolvamos pero no, los ticos llamamos a eso, nadadito de perro.
La información dispuesta, me parece nos desnuda en mitad de la calle, merece tenerla presente y me parece que es especialmente oportuna, ahora que comenzamos un nuevo mandato presidencial y sin importar qué partido sea responsable de dirigir nuestro destino el próximo cuatrienio, ordenar el tema de la contribución y la evasión fiscal de los habitantes de este país, es sin duda una de sus tareas prioritarias.
Suelo comentar con mis amigos sobre una expresión de otro colega que describe de manera clara nuestra relación con el fisco. Para explicar nuestra conducta decía, ¨Los ticos son gente sorprendente, les gusta vivir como franceses y pagar impuestos como haitianos¨, agrego, para mayor comprensión del decir de mi amigo y de la situación en tiquicia, que en verdad nos gustaría vivir en un país con servicios excelentes, carreteras en buen estado, muelles y aeropuertos modernos y eficientes, con internet para todos, con una seguridad ciudadana envidiable, sin pobres, con sistemas de asistencia y seguridad social que cubra a todos y sobre para los miles y miles de migrantes legales o no, con un sistema educativo modelo y por supuesto en armonía con la naturaleza y con la garantía de que nuestra producción y desarrollo no alterará nuestro acerbo de recursos naturales y nuestros ecosistemas, en fin, a ciencia cierta, bastante mejor que los franceses.
Por otro lado, queremos gobiernos que nos garanticen todo esto y por supuesto en medio de la más absoluta transparencia y sin el menor asomo de corrupción, todo y más (seguro el lector podrá agregar su propia lista) sin pagar impuestos (o pagando lo mínimo posible). Es decir nosotros pedimos y ¨Voila, el Gobierno concede!!!¨, de eso se trata, el calificativo de sorprendentes de mi amigo para con nuestra gente.

Por mi parte, como he estado hablando en los últimos tiempos mucho, con respetables y destacados fiscalistas, (son los honorables CPA y Abogados que asesoran a las empresas y las personas en su titánica gestión fiscal y como si esto fuera poco, también les defienden ante la voracidad del fisco costarricense), resulta que no debo emplear palabras como; caras de barro, evasores, sinvergüenzas, ladrones, ni ningún calificativo similar. El tema de fondo, parece ser que las leyes son impresionantemente laxas y poco precisas, de hecho, si las revisamos con cuidado uno se atrevería a pensar, que cuando las hicieron, fueron aplicados los señores y señoras diputadas (con la contribución de las autoridades que posteriormente publican reglamentos complejos e ineficientes para lograr el cobro efectivo) en procurar que no se pudiesen cobrar.
Ejemplos sencillos lo constituyen la mayor parte de los tributos municipales, en razón de que al no ser el Municipio una agencia fiscal, (pequeño detalle olvidado por los legisladores en su momento) simplemente la gente paga cuando quiere y básicamente no hay mayor cosa que hacer. Otro ejemplo interesante de considerar, es la prácticamente no existencia de delito penal en el código de procedimientos tributarios, menuda gracia.

Así entonces el tema me parece se refiere a uno de los pilares del desarrollo sustentable, la ética del ciudadano, se habla mucho de la pérdida de valores, este sin duda es un caso claro al respecto. Por lo general los ticos nos escudamos en que procuramos no pagar los impuestos, porque de todas maneras el gobierno es corrupto y si ellos al final se lo van a robar, mejor nos lo robamos nosotros antes. Este argumento no es otra cosa que una lógica retorcida y denota además falta de ética y responsabilidad para con nuestros compatriotas, finalmente un problema moral y lamentablemente en el menos de los casos, un problema legal.

Como se le ocurre a alguien que un país puede tener los niveles de inversión social y productiva que exigimos todos los costarricenses, sin cobrar impuestos. Si hacemos una revisión seria a lo que sucede en nuestro mundo globalizado los países exitosos se caracterizan por tener gobiernos pequeños y eficientes pero que además son muy fuertes e inflexibles en cuanto al tema de impuestos directos y en especial a las rentas. Me atrevo a pensar, que aquí el problema no es la base fiscal, sino la falta de voluntad política para realizar un cobro eficiente y efectivo, es inconcebible que con el avance tecnológico disponible en este país no tengamos modelos efectivos y eficientes de cobro. Esto no es otra cosa que una alcahuetería y además se hace un grave daño a la paz social y a la estabilidad del país.

Si no cobramos impuestos directos entonces nuestra recaudación recae en impuestos indirectos, como ventas p.e. impuesto que ya se ha demostrado ampliamente que son pagados proporcionalmente, en mayor cantidad por las clases menos privilegiadas y por tanto constituyen una redistribución morbosa del ingreso de los más pobres a los más ricos.

Para concluir poniéndole cifras al tema, se indica en el documento que en el 2009 las entradas al fisco por impuesto sobre la renta fueron de unos ¢665.148 millones, un 29% del total de ingresos tributarios del país. Esto quiere decir que en el año 2009, según el promedio de 70% los sorprendentes ticos defraudamos la bicoca de unos ¢1,552.012 - habría que ver cuántas escuelas, libros de texto, capacitación, subsidios a pobres, caminos, puertos o trenes podríamos construir con ese monto.

No se vale, hablar de policías que cuiden nuestra seguridad ciudadana, no se vale hablar de casas para las familias que lo necesitan, no se vale….. todos debemos madurar fiscalmente y asumir nuestras responsabilidades, de esta manera Costa Rica de verdad podrá ser el primer país latinoamericano en salir del subdesarrollo.


(1)- http://www.nacion.com/ln_ee/2010/febrero/05/economia2251076.html
(2)- http://www.nacion.com/ln_ee/2010/febrero/06/opinion2252633.html